Pueblos Mágicos es un programa de la Secretaría de Turismo, lanzado en el año 2001. El objetivo de esta iniciativa es promover destinos con atributos simbólicos, leyendas, trascendencia y magia cotidiana que se respira en cada uno de estos sitios.
La denominación de Pueblo mágico busca resaltar el valor turístico de las localidades, presentando una oferta innovadora y original, atendiendo a una demanda integral, la cual busca cultura, tradiciones, aventura y escenarios naturales.
Michoacán tiene de qué presumir, entre otros muchos atractivos cuenta con cuatro poblaciones consideradas dentro de la clasificación de Pueblos Mágicos: Cuitzeo, Pátzcuaro, Santa Clara del Cobre y Tlalpujahua.
Cuitzeo, lugar de tinajas
Cuitzeo se encuentra a poco más de 30 kilómetros de la ciudad de Morelia, capital del estado de Michoacán. Denominado Pueblo Mágico en el año de 2006. Entre sus atractivos se encuentran sus numerosos templos, destacando el Ex convento agustino de Santa María Magdalena, uno de los más representativos ejemplos de la arquitectura plateresca michoacana del siglo XVI. El lago de Cuitzeo, el segundo de mayor tamaño de nuestro país, es un espejo fértil de agua, donde los ribereños pescan charales y mojarras. Es conocida la artesanía de la región elaborada con fibras vegetales como tapetes, cestos, petates y sombreros. Su gastronomía es variada, los visitantes pueden degustar platillos típicos michoacanos: corundas, uchepos, nacatamales, mezquites con piloncillo, atole negro, calabaza dulce, entre otras delicias.
Pátzcuaro, la puerta del cielo
Pátzcuaro se encuentra en la ribera del lago del mismo nombre, a unos 50 kilómetros de la ciudad de Morelia. Este destino fue distinguido como Pueblo Mágico en el año 2002. En esta región se localizan poblaciones artesanales como Tzintzuntzan, Santa Clara del Cobre, Cuanajo, Tupátaro, Erongarícuaro y Quiroga. Los pobladores elaboran piezas de alfarería, lacas trabajadas con la técnica del maque, textiles bordados y muebles únicos en los que se revela la singular creatividad ribereña. Entre sus atractivos están la Basílica de Nuestra Señora de la Salud, construida sobre un centro ceremonial prehispánico por don Vasco de Quiroga, donde reposan los restos del evangelizador; la Casa de los once patios, sitio en el que se puede admirar el trabajo de los artesanos y adquirir productos típicos; la Plaza Vasco de Quiroga, rodeada de palacios y casonas coloniales y la isla de Pátzcuaro, corazón de la zona lacustre, famosa mundialmente por la escultura monumental de Morelos y las festividades de Días de Muertos. El pescado blanco, el churito, la olla podrida, los tamales de ceniza, zarzamora y acúmara son platillos típicos de la región.
Santa Clara del Cobre, el arte de la forja
Santa Clara del Cobre se encuentra a unos 18 kilómetros de Pátzcuaro. Localidad artesanal nombrada Pueblo Mágico en el 2010. Desde la época prehispánica, los habitantes de la región trabajaban el cobre martillado. Esta población se caracteriza por su quiosco con techo de cobre y sus casas blancas de adobe con teja roja, pórticos y calles empedradas. Los talleres familiares siempre están abiertos para que los visitantes conozcan el proceso del cobre martillado. En las tiendas pueden adquirirse cazos, cazuelas, candelabros, utensilios, adornos e incluso joyas elaboradas con cobre. La fiesta patronal en agosto es una colorida festividad en la que se celebra el Concurso Nacional del Cobre Martilleado. Un destino cercano a Santa Clara del Cobre es el lago de Zirahuén, a poco más de 12 kilómetros, un hermoso lago en el corazón de la Meseta Purépecha. En Zirahuén se pueden practicar actividades acuáticas o disfrutar de las bellezas naturales de la región.
Tlalpujahua, refugio en las montañas
Tlalpujahua se encuentra a menos de 30 kilómetros del Santuario de la Mariposa Monarca en Sierra Chincua, montañas cubiertas de pinos, oyameles, encinos, cedros y robles. Destino designado Pueblo Mágico en 2005. Sus artesanos se distinguen por su trabajo en el arte plumario, popotillo, cantera, cerámica, orfebrería y más recientemente por la elaboración de esferas navideñas de vidrio soplado con una producción de más de 30 millones de esferas al año. De esta producción, 20 millones de esferas estás destinadas para la exportación. Entre los atractivos de Tlalpujahua destacan el Convento del Carmen, templo del siglo XVII; la mina Dos Estrellas; la Presa Brocman; el Parque Nacional Rayón y el Santuario de la Mariposa Monarca en Sierra Chincua, donde se puede disfrutar de uno de los espectáculos naturales más bellos que ofrece México: el arribo de la Mariposa Monarca.